Su entrada al centro penitenciario marca la primera vez en la historia reciente que un ex mandatario francés es encarcelado tras una sentencia penal emitida por los tribunales.
A primera hora de la mañana, Sarkozy abandonó su residencia en la capital acompañado por su esposa, Carla Bruni, y su equipo de abogados. El breve trayecto hasta el penal fue seguido por un amplio operativo de seguridad y la presencia de simpatizantes, que corearon su nombre y entonaron el himno nacional desde las inmediaciones.
El fallo judicial responsabilizó a Sarkozy de haber participado en una operación para captar fondos no declarados provenientes del régimen de Muamar Gadafi en Libia, destinados a la campaña electoral de 2007.
El tribunal concluyó que existió una estructura deliberada para canalizar donaciones ilegales hacia el financiamiento electoral, aunque no probó que Sarkozy personalmente recibiera o utilizara el dinero. A pesar de la condena firme, el ex presidente ha negado en todo momento haber cometido algún delito y ha denunciado motivaciones políticas en el proceso.
“No es un ex presidente de la República quien está siendo encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente“, expresó Sarkozy tras su ingreso a la cárcel.
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